domingo, 25 de agosto de 2013

Otra mirada a La Taula y Lo Banch de la Ciutat



Hoy Saurí me ofrece conocer cosas de Barcelona que probablemente  a un hombre de letras no le llaman la atención.

Al mirar su guía, me entero de que el jefe de Víctor fue al menos por un tiempo Brusi. Si, si aquel que daba nombre coloquial al Diario de Barcelona, que fue decano de la prensa del continente, es decir el primer periódico diario del continente.

Decía que se fundó en Octubre de 1792, casi con la Revolución Francesa,  no es casualidad el mundo y las ideas habían avanzado en un siglo mucho más que en los cinco anteriores.

Antoni Brusi i Mirabent, llegó al periódico al final de la guerra del francés justo cuando nacía nuestra Pepa, en fin años de agitación política y cambios ideológicos.

Pues bien don Antonio tenía a la par del diario una fundición de tipos de imprenta, se ve que su perspicacia de comerciante le hizo ver que a la par que fabricaba tipos para su periódico también podía venderlos a otros impresores.

Bien Saurí es un conocedor de la realidad mercantil y fabril de Barcelona. Me promete ayudarme a rellenar las sombras que deja Víctor. Porque si bien su escritura es más amena y tiene la elegancia de no mostrar  el perfil duro de nuestras miserias,  seguir su historicismo puede darnos una idea equivocada de la realidad catalana y si es malo hinchar las glorias catalanas en exceso, terminamos creyendo que somos mártires de nuestra causa. También es cierto que olvidar nuestras grandezas  y en Cataluña las grandezas siempre son contables, es proporcionar una imagen errónea.

Por cierto tocaría hablar de las cárceles en Barcelona el sistema judicial y las condenas pero, pero prefiero hacer una cita de algo de lo que Víctor (y todo barcelonés) se podía sentir orgulloso. Cuando escribía sobre la Tabla o Banco de los Comunes Depósitos esa institución Municipal que en 1410 vino según mi suposición a rellenar el hueco dejado por los judíos.

Siempre me quedó la duda de que no existiese entre toda la tropilla de barceloneses algún listo que quisiese estafar a la entidad. Solo encuentro esta referencia entre otras curiosas.

Copio literal <<Als 17 de Juliol de 1598 se notá lo cas de hú que ab procura falsa llevá diners de la Taula y á 19 de setembre fonch penjat.>> Si interpretamos procura como cuidado de los negocios era un administrador de la Taula o alguien relacionado con ella.

A pesar del ejemplar castigo ello, hay otra cita, de 90 años después que dice:

(sic) <<En 12 de decembre foch tret a la vergoña  y posat a cap de una escala de fusta devant de la de la Ciutat, y arrimada á a petra de la casa de la taula un home inculpat de haber presentat en dita Taula una polisa falsa y ab aquella llevat diners y persò fonch condemnat en dita escala dos horas y azots y sinch anys de galera>>

No sería mala idea alegrarnos de lo que hemos ganado en humanidad ahora que "huna caja" en alguna forma heredera de aquella la de la Diputación o Caixa  de Barcelona ha sido mal administrada y saqueada por los mismos que deberían haberla administrado con cuidado.

(Sic)

<< En 1588 los concellers remeteren las ordianción á Lleyda per formar allí una taula>>

<<En 25 de Maig de 1590 lo Consell resolgué posar un banch.>>

<< A 23 de mars de 1611 lo consell de cent deliberá se poquesen girar las partida de la taula al Banch y del Banch a la Taula>> ¿? necesidad o avance financiero...

sábado, 24 de agosto de 2013

Cambio de Guía.



Hoy cambiaré  de cicerone, no hay que molestar a Víctor a fin de cuentas fue él el que coordinó el equipo que puso nombres a las calles del ensanche.
Las calles son un libro de historia vivo, y tienen el peligro que en generaciones posteriores, se lean entrelineas, aquello que los abuelos quisieron ocultar.

Así que voy a dejar a Víctor escribiendo sobre Serrallonga o Cristobal Colón, y me voy a dar una vuelta por Barcelona de la mano de Manuel Saurí.

Manuel, es un impresor y librero con establecimiento abierto en la calle Ancha esquina  al Regomí. En 1849 editó:
De una edición facsímil con tirada de 1000 ejemplares, el mio es el 756


Nos permite, conocer muchas cosas de esta antigua metrópolis y como dice la portada contiene quince vistas y un excelente plano topográfico.

Como decía arriba, Víctor había sido el rector del equipo municipal que puso nombre a las calles del ensanche barcelonés. Es extraño que Víctor ni dedique calle ni haga mención aun gran poeta catalán y renovador de la poesía en castellano Juan Boscán.

Juan Boscán Almogávar Nació en Barcelona en 1492 - y finó en Perpiñán, 21 de septiembre de 1542. Amigo del toledano Garcilaso de la Vega. Juntos admiraban  la obra del poeta valenciano Ausiàs March, lo que no le impidió ser el introductor de el soneto y el verso endecasílabo también la octava real, terceto encadenado, canción en estancias o canción italiana.

¿Será por este cierto abandono de la lírica provenzal por lo que se le ha castigado?

Hoy Juan Boscán tiene plaza en la Barceloneta, pero es algo reciente por lo menos no figura en los callejeros del XIX que poseo.

Y por hoy sábado nada más ya pasearemos de la mano de Manuel y Víctor por nuestra ciudad que es hacerlo por la historia. Manuel no da hasta las cifras de clientes del bochín, los tugurios de Barcelona por ejemplo ese de:

Taberna del bochín tercera mesa
una jarra de tinto entre manos
y un tembleque mal disimulado
con dura y bronca voz así confiesa



Bochín soy funcionario de justicia

y esa que me sirve la manuela

hembra de ley por to lo sacrosanto

de joven fui mancebo de botica



pelaire cardador escudillero

cabo mayor cuatro años en el mar

cuatro más, diestro de ahogadero

Ved mis manos secas como sarmientos

gañotes escañé ya más de ciento

ministro bederre  bochín maestro


Mero mejor os dejo con una de Boscán que al contrario de los míos no desmerece el verso:


Si no os uviera mirado

no penara,

pero tampoco os mirara.



Veros harto mal á sido,

mas no veros peor fuera;

no quedara tan perdido

pero mucho más perdiera.

¿Qué viera aquél que no os viera?

¿Cuál quedara,

señora, si no os mirara?

viernes, 23 de agosto de 2013

Calle de los Vigitanos...



Hoy me lleva Víctor a visitar la calle de los vigitanos,  vigatans en catalán. Es una calle que saliendo de  Platería (Argentería) a la izquierda mirando a Santamaría del Mar la primera a la izquierda. Según cree Víctor el nombre lo lleva, porque los primeros grupos de rebeldes contra Felipe V, eran un grupo de Nobles de la Plana de Vich. Y supone que alguno de sus capitanes vivía en esa calle.



Parece ser que se hicieron una reunión el 17 de Mayo de 1705, y allí acordaron otorgar plenos poderes para firmar un tratado con Inglaterra en "nombre de los catalanes"

Según cuenta la historia, la Reina Ana de Inglaterra, en marzo del mismo año nombró como comisionado suyo a Mitford Crowe, un comerciante de aguardiente afincado en el Principado de Cataluña, «para contratar una alianza entre nosotros y el mencionado Principado o cualquier otra provincia de España» 
 Ante mi mirada de reprobación Víctor se sonroja.
¿Por qué? ¿quién había dado poder a esos señores de la plana para obrar en nombre de los catalanes? ¿ Y cómo podían ser tan ingenuos de aceptar como embajador a un comerciante de aguardiente?

Hay que fijarse de lo sibilino de la trampa lingüística, no es en nombre de Cataluña  con lo que podía ser, -o tal vez no-, el Reino de Inglaterra, que tendría sus embajadores ante el gobierno del principado si los tenía y seguro ante la Corte en Madrid.
Entonces, un agente provocador sabe encontrar el punto; poner el dedo en la llaga, para embarcar a los vigitanos en semejante disparate, los pardillos, es decir los chicos de Vich, entran al trapo con la codicia del tonto.
Rubrican un Pacto en Génova el 20 de junio de 1705. De él parece desprenderse  que Antonio Peguera y Aymerich y Domingo Perera, firman con Mitford Crowe un acuerdo por el cual Inglaterra se comprometía a poner en la costa catalana 8.000 infantes 2.000 soldados de caballería de las fuerzas de la Gran Alianza. (Segunda Gran Alianza) El movimiento es magistral, porque el amigo Crowe convence a unos catalanes  a la sedición y a la rebelión contra su rey, por una promesa de tropas que no eran inglesas.
Además parece que existía un acuerdo de que La reina Ana y no Inglaterra, defendería que Cataluña mantuviese todos los privilegios y se le conservasen todas las libertades, leyes y excepciones que hasta hoy había gozado.
Genial, los chicos de Vich con la buena fe de payeses, aceptan un "te daré y un intercederé" para iniciar una revuelta, sedición y rebelión contra su rey (Felipe V había jurado los derechos catalanes en 1702)

Todo suena a melopea de aguardiente, porque o bien los ingleses pillaron a los más tontos de los catalanes o llevaban una intoxicación etílica aguda cuando decidieron eso.

El resto ya lo conocemos, poco a poco la cosas se decantaron a favor del Borbón, los austriacos hicieron mutis por el foro, dejando a Barcelona a merced del enemigo. Una de las razones es que Carlos III al que en Barcelona llamaban rey de España ¿? ¿Quién les había otorgado el derecho   de decir por todo el pueblo español?  Llegó al poder del imperio austriaco y que ese señor pudiera gobernar España y sus colonias no entraba en los planes de La Gran Alianza, Holanda Inglaterra...

La conclusión es triste, Barcelona puso los héroes, los muertos, España los Países Bajos (Holanda) y Gibraltar y Menorca quedaron en manos inglesas.

Después de la descripción de esta gloriosa gesta y este dominio de la perspicacia política; quiero invitar a Víctor a un güisqui "pure malt" a lo que me contesta que él no bebe.

No puedo menos que preguntarme, ¿En Vich se tomará hoy güisqui? o es algo que todo nacionalista debería tener prohibido. Ya se sabe los nacionalistas como los ayuntamientos siempre son menores de edad legal, es decir irresponsables civil y penalmente.

martes, 20 de agosto de 2013

Los Muertos de 1714.



Los muertos de Septiembre de 1714.

Era ayer que hablaba del Fossar de Las Moreras y de el trato trivial que le otorga Víctor. Hace unos días penetraba yo al barrio de Gracia, por la calle Argüelles, personaje desaparecido  del callejero municipal.

Hoy me proponía visitar la calle Capmany. Concretamente la Calle de Antonio de Capmany y Montpalau. <Dice Víctor que antiguamente se llamaba Arné. Es la que cruza de los Encantes al Paseo de Isabel II por entre los grandes edificios de La Lonja y San Sebastián.>

Bueno tenemos un problema, La lonja si sabemos donde está.  Los Encantes ya es otro tema. Según parece, cuando aun no había muelle ni tampoco la muralla de mar. Era esta zona una playa abierta con una hilera de arcos o bóvedas llamados voltas del guayte. Es decir arcos del vigía o vigilante. En cuanto al nombre de Encantes se les atribuye a celebrarse en esa zona y en la Calle Consulado, detrás de La Lonja, subastas de muebles ropas algo que duró hasta bien mediado el siglo XIX. Porque en catalán vender en subasta es encantar. (Venda pública d’objectes a qui en dóna més.)  Por la ubicación y años queda claro que esta calle cruzaría los actuales arcos -donde se halla el Restaurante Siete Puertas-. Hoy Don Antonio Capmany tiene su calle lejos, se halla en Badal junto a la estación de Metro Mercado Nuevo.

¿Quién era Antonio de Capmany y Montpalau? Esto es más sencillo, sabemos que fue: Militar, filósofo, escritor, historiador, economista y político catalán en España. Fue diputado en las Cortes de Cádiz por su provincia Barcelona donde había nacido en 1742.

Propuso, que las cortes prohibieran a los diputados aceptar empleos y honores (es decir a labrarse la jubilación desde el cargo) Fue ponente de La Constitución y un ilustrado moderado.

Colaboró con Olavide, y propuso repoblar Sierra Morena con familias europeas y dicen que llevó u ofreció llevar payeses y menestrales de Cataluña a las nuevas poblaciones en esa serranía. Se entiende que porque eran un valor y por que el estatus de los nuevos colonos era bueno.

Perteneció a la comisión que puso en marcha el diario de sesiones. Perteneció al grupo de trabajo que diríamos hoy del la ley de libertad de imprenta. y un Amplísimo etc. Murió en Cádiz durante una epidemia  en 1813, sus restos volvieron a Barcelona en 1848, y vagaron y vagaron sin encontrar acomodo durante muchos años.

Hoy el ilustrísimo pediatra que tenemos como alcalde y que no le llega a la altura del zapato a ninguno de los padres de la patria catalana, (dicho sea de paso como cualquiera de sus compañeros de uno u otro partido) ha decidido acabar, se supone que por ignorancia, con el último recuerdo de Capmany, el cartel de Plaza de la Constitución que hay en la fachada del ayuntamiento.  

 ¿Qué relación tiene este cartel con nuestro prohombre? Muy simple fue Capmany, quien propuso una ley que obligara a todos los pueblos de España a tener en su plaza principal un cartel constitucionalista. Porque ilustrado, liberal moderado, gran conocedor de nuestra historia Capmany deseaba una constitución uniforme que sin olvidar particularidades nos empujase por un camino común de convivencia.

Entendéis ahora porque es más cómodo  homenajear a los muertos anónimos. Es sencillo los muertos anónimos no hablan. Se les puede usar como debe en una hipotética factura, se le puede pedir al pueblo en su nombre parecido sacrificio.
Otra cosa es enfrentarse con un Capmany Arguelles Olavide o un Jaime Creus Martí el mataronés que fue presidente de esas mismas cortes que aun siendo absolutista, obispo de Mallorca,  y arzobispo de Tarragona, haría palidecer en cultura y saber a cualquiera de los mindundis que hoy ocupan escaños.

Vivan los Muertos de 1714, vivan los muertos que no afean por comparación a nuestras actuales lumbreras. ¡Sus muertos! Nuestros prohombres y las actuales miserias!