viernes, 14 de octubre de 2011

Cátulo un verde dentro de los poetas.

Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,


Rumoresque senum severiorum


Omnes unius aestimemus assis.


Soles occidere et redire possunt;


Nobis cum semel occidit brevis lux,


Nox est perpetua una dormienda.


Da mi basia mille, deinde centum,


Dein mille altera, dein secunda centum,


Deinde usque altera mille, deinde centum.


Dein, cum milia multa fecerimus,


Conturbabimus illa, ne sciamus


Aut ne quis malus invidere possit,


Cum tantum sciat esse bassiorum.













¿Por qué negar a Cátulo?. ¡Cátulo Vive! Traducción libre.




Vivamos Lesbia mía el amor


dando el valor de un bledo a los hablares


de la rancia severidad de los antiguos


hagamos el amor jornada tras jornada


que cuando con el último ocaso


nuestra luz se apague


solo nos quedará la noche eterna


y el recuerdo de los besos escondido


para que nadie sienta envidia


de no haberlos tenido.











 

 

viernes, 7 de octubre de 2011

Mi casa

Yo ya se buscar el retiro de mi mar interior.

Navego junto las costas antaño procelosas

donde ideas sediciosas huyeron de razón.

¿Como llegué a esta tierra? a fe que lo ignoro.

Huía de la urbe, del mundo y de sus prisas

y encontré en mi alma esta paz conventual.

Es un claustro de espejos bruñidos en penumbra

donde la imagen de otros en tumba de Academo

y platónicos boscajes yo pude transformar.

Así es mi yo y mi centro la casa donde vivo

perdona si por prisa no te invito a entrar

pero a ti que te llegas a estos arrabales

si ves la puerta abierta no dudes en entrar. 

Darío

miércoles, 5 de octubre de 2011

Un Alba

Un alba otoñal y fría, una brisa que alcanza el mar sobre los tejados de las casas. Porque allá en el horizonte, veo el mar como una masa parda. Como algo enorme, que todo atrapa, como tu mujer que con voz de sirena me llamas. Como un mar ancestral, origen de vida, como un mar entre tormenta y calma.

Darío

lunes, 3 de octubre de 2011

La Luna Eolo el viento una paja

Luna viste enaguas de tul, en bruma creadas.

Eolo malevo le sopla en las nalgas, para desnudarla.

Luna enfadada, el soplo y a Eolo, torea esquiva y a tierra lo manda.

Al viento y a Eolo que sobre las aguas y contra las rocas y en la madrugada

rompe en onanismo chorros de encajes de espuma y de randas.

Y viste fugaz las escarpaduras, la costa y la playa.

Darío

domingo, 2 de octubre de 2011

La Calle

 

Empedrada, de basalto bruñido por el tiempo, que tiene al contraluz brillos de plata.

Carros caballos, carricoches diligencias y tartanas, hicieron sonar cascos y ruedas con el duro traqueteo de su marcha.

 

Todo era así, tracción a sangre, los correos las bodas, los abastos y los muertos. Todo pagaba el tributo sonoro en la calzada. Ya sea pasacalle o zarabanda para marcar los hitos y las fechas. Los recuerdos del pueblo las batallas. 

Ya no hay calles como aquellas, en basalto soladas, que lo mismo vieron pasar al Cesar victorioso que al caudillo caído en la batalla camino del cadalso, camino de la nada.

No ya no hay calles de pueblo entrañables, hermanas del ayer y de la historia.

Ahora son de asfalto y dicen que llevan al mañana.

Darío