miércoles, 6 de septiembre de 2017

Universos Paralelos.*


Yo no se si vosotros sois capaces de vivir una aventura interna.
Aunque creo que mejor será explicar a que me refiero.
Hace varios años, participé, en unos talleres de hipnosis. Como aperitivo, nos sirvieron un curso de intuición. El profesor, psiquiatra de formación, tenía una teoría personal por la cual nuestro cerebro almacenaba datos que no siempre estaban disponibles a nuestra consciencia.
Su pretensión, era:
  • Poner la mente en un estado en el cual los accesos a este bagaje permaneciesen abiertos (relajación).
  • Plantear al cerebro un problema, pero sin pedir soluciones, es decir sin entrar en el proceso definido por la lógica y los lógicos. Nada de antecedentes ni consecuentes, nada de silogismos.
  • Para finalizar, se pasaba a otra actividad, que nos aleje del problema planteado, y esperar sin plazo ni tregua a que el cerebro que sigue de manera no-consciente elaborando sobre la cuestión planteada encontrase una respuesta.
Lo que sucedía es, que así de sopetón, alcanzaba el foco de nuestra atención una relación no vista y por ende una o varias soluciones a lo que nos preocupaba.
Eso terminaba en un entrenamiento de lo que llamaríamos intuiciones, una puesta a punto del cerebro instintivo. Un mecanismo mucho mas irracional, más aproximado al cerebro y la conducta animal, algo que la adquisición de habilidades técnicas ha ido relegando al interior de nuestra mente.

La teoría era buena, y la práctica resulto ventajosa para mis ocupaciones. Curiosamente pude constatar; que contra lo que parecía probable, las respuestas ofrecidas por mi cerebro tenían una razón de ser fundada y estaban lejos de ser una respuesta de supervivencia violenta.

Mas tarde, en el curso de hipnosis aprendí a alcanzar un estado de suspensión sensorial. Es decir no veo (tengo los ojos cerrados) huelo poco, el tacto parece adormecido, y el gusto al no tener nada en la boca tampoco perturba. Mi sensación es la de permanecer dentro de una cápsula, totalmente aislado del exterior con una vaga conciencia de mi posición en el espacio, pero con la mente lúcida y el cerebro funcionando con la marcha reductora, en el símil mecánico poca velocidad y mucha fuerza, como se usa en 4x4 también llamados todo-terrenos.

A este estado mental, se llega por los dos caminos, bien sea por una función inconsciente decirle en cierto modo al cerebro, me preocupa eso pero sin prisa, o poner esa marcha corta y recorrer como el automóvil un espacio mas pendiente de las irregularidades del terreno una a una, que en la dura pendiente que se tiene delante.

Pues bien con ritos y/o con ayudas, casi todas las culturas han tenido sus chamanes, sus brujos que velaban por la tribu poniéndose en contacto con los ancestros o con los animales tótem.

Pues bien, ahora sale un físico, que haciendo una interpretación amplia del mundo cuántico, dice que en alguna parte, debe haber un doble nuestro compuesto por todas las parejas de partículas subatómicas que se corresponden con las que nos forman.
Y porque no que hay una comunicación inmediata entre ambos a la velocidad del pensamiento. En definitiva, que disponemos de un doble capaz de vivir nuestras vivencias en un universo paralelo.

Y culpa a este doble, y a esa comunicación de las intuiciones de los pálpitos las corazonadas y la premoniciones. Y rizando el rizo, que podemos intentar ser conscientes de la existencia de la conexión para usarla en nuestro provecho.

¿¿¡¡??!!

No se que hay de cierto en todo ello, solo sé que alcanzo con facilidad ese estado. En que tengo conciencia de mi mente pero no la tengo de mi cuerpo, y si por casualidad abro un conducto de comunicación con otros yo que coexisten en universos paralelos ¿Qué hago? ¿Qué les digo? ¡Qué pregunto?

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