sábado, 4 de octubre de 2014

¿Me ama Laura?

Laura comienza a ver relaciones extrañas. Lo que decía ayer del género, eso del yin-yang no puede ser otra cosa que el inicio de la apertura de su mente a nuevas perspectivas. Yo también tuve una fase así y de hecho en la formación centaura se llama los nuevos ojos.

En nuestro crecimiento hay distintos estados de desarrollo, el novicio de la orden centaura suele comenzar por hacer apreciaciones nuevas. Las llamamos el nuevo ver, aunque sería mas correcto llamarlas la nueva mirada.
La visión es pasiva y muchas veces subjetiva. La mirada es activa inquisidora escrutadora y menos subjetiva. Aprendemos a mirar -como si- hay dos fases claras mirar como si fuese es decir mirar lo que se percibe como otra cosa y el segundo paso mirar como si nosotros fuésemos.

Hay un tercer estadio, al que solo se llega tras años de maestría, en que se ven las cosas desde ellas mismas desde su esencia.
Uno de mis maestros, músico en su vida fuera de la orden, se refería a este sentimiento a esta percepción como el oír la cosa en si.

Supongo que en ello intervenía mucho su gran experiencia como interprete y compositor. A mi me fascinaba escucharlo hablar de la armonía de una puesta de sol.

El contrapunto entre las diversas melodías la de los colores, que se apaga en el rumor del viento, el bajo continuo de un arroyo que corre cercano. El gorjeo de un pájaro que se extingue con con la última luz del ocaso y el rumor del agua que con sonoridad de címbalo queda como único son, hasta que pronto los solistas grillos, de un coro invisible de contratenores, enlazan su voces con el bajo grave de los sapos. Sinfonía nocturno, camino por donde mi maestro me enseñó el cosmos. Y detrás de ellos entre bambalinas el Dios de los ecos el eterno.

Yo estoy ahora notando un pequeño bulto en mi frente, casi imperceptible hay que pasar el dedo sobre la piel para notarlo. Me dicen que si es el tercer ojo, ese que abrimos al mundo de la sabiduría. Un ojo que mira a dentro y afuera. Mirar simultaneo que permite verme como yo en la cosa y la cosa en yo. Un yo universo, mi universo en yo.

Tengo que preguntarle a Laura como percibe si acaso a notado una forma de percepción que la lleva a la síntesis por un camino breve. Lo que decía ayer del género opuesto el paraguas y la lluvia, la sombrilla y el sol, la caza y el disparo... no tienen nada de cierto, se podría oponer, el barco y el mar, el asado y el fuego, la fuente y la sed... pero no, no estos últimos ejemplos son usos. Ella hablaba de defenderse a ver, si, si, la espada y la armadura bueno está el escudo... Mira que si esta zagala tiene razón y cuando queremos hablar de algo contrario a una cosa usamos sin querer el género contrario. ¿Será un espejismo o una ensoñación? Uf nunca se aprende tanto como cuando hay que enseñar.

Horas más tarde, le exponía yo a Laura:

Porque yo creo que nuestro cerebro trabaja sobre un sistema de figura fondo. Es decir que para saber que es una cosa la destaca de un fondo que no es. Supongo que conoces esas figuras ambiguas, en que según que consideras fondo y que forma lo que ve el cerebro es distinto.
Probablemente nuestro cerebro trabaja así elabora una mente virtual que crea imágenes figura fondo. En un determinado momento un destello ilumina como imagen aquello que hasta allí había sido fondo y un mundo nuevo de relaciones se percibe.

Pero eso el percibir relaciones entre las cosas que se perciben, las que se saben, las que se cree que se saben es según tu, filosofía.
Muchas veces me has apercibido de los riesgos de la filosofía, en cuantas ocasiones me has avisado de los disparates de Aristóteles y hasta los de Platón...

-Si y sigue haciéndolo, Tomas de Aquino o Agustín de Hipona; santos en su religión, van corrigiendo los disparates de sus ancestros pero siguen adaptando una percepción a una verdad según ellos revelada.
-Ya se que no crees en las verdades del catolicismo pero crees en dios y tu camino es la G. Y no es la representación de Good God bueno y Dios respectivamente en la masonería anglosajona. Tu G es la inicial de la gnosis eres gnóstico. Eres literalmente buscador del conocimiento.

- Somos buscadores del conocimiento, tu también Laura, en cuanto que perteneces al colegio centauro. Eres un miembro buscador de la luz buscador de la gnosis.

- Bueno yo busco lo que busco, no se, en principio me asusta el conocimiento intuitivo. Porque no es lo mismo conocer cosas que conocer verdades. Yo quiero conocer verdades.

- Verdad es el conocimiento, que se puede someter a contraste. Verdad científica aquella que tiene posibilidad de ser repetida en una situación controlada, verdad experimental.
-Ya ya, pero mira hace unos días leía los disparates que Bergson escribió a costa de la relatividad. En su obra Durée et Simultanéité (Duración y Simultaneidad), en la que este lúcido pensador termina por exponer una serie de burradas que hacen estremecer a un científico.

- Si conozco la obra, tampoco me parece que la filosofía francesa haya ganado puntos con las distintas sagas que han aparecido detrás de Bergson, Merleau-Ponty o Gilles Deleuze. El error de los filósofos ha sido querer abarcar la ciencia en la filosofía. Como consecuencia de ello, hay mucho farsante y por favor toma farsante en el sentido de actor de teatro, que viste sus filosofías de ciencia. No es un fenómeno exclusivamente francés, pero hay franceses en casi todas sus raíces.

- Ya se que me vas a decir, hablarás del psicoanálisis.
- Pero por una vez no hablaré de Freud, esta vez pensaba en ese hijo natural de la cosa Émile Lacan, que tanto ha hecho a su pesar, para mostrar el desacierto la falsedad de unas doctrinas (incluyo las freudianas) que pretenden hacer científica la filosofía.

Si mi ex era muy aficionado a los cuentos lacanianos, pero yo tenia el convencimiento de que se entendía con la vecina del entresuelo. Eso no es otra cosa que conocimiento intuitivo. Porque a ver, ni por figura fondo -la gestalt- esa, ni por podía yo suponer que...

-¿Entonces lo tuyo era un tema de cuernos? Me atreví a decir.

- Lo mio era un tema infidelidad estúpida porque llegaba en el momento en que la fidelidad de mi marido me importaba ya un bledo. Y no hay conocimiento científico para ello. No hay formula ni experimento ni conocimiento empírico. Las cosas terminaron como habían empezado. Sin motivo aparente: El amor es una sinrazón -quien lo dijo- eso de un estado de estupidez pasajera... que se cura con el matrimonio.
- No se, lo he oído muchas veces y con distintas variaciones, pero no se quien fue el primero en decirlo.

-Ves a eso me refiero, las relaciones de amor, las de pareja, al igual que los sentimientos patrióticos, tienen o soportan tantos enunciados como individuos. Por lo tanto no se puede sistematizar, analizar ni sintetizar, no soporta ninguno de los atributos de la actividad científica.
-Pero ahora yo estoy sola y te necesito, mi centauro.



1 comentario:

Unknown dijo...

Cautivada por Laura.Un placer leerte.