viernes, 4 de julio de 2014

Roma IIII



Es el día de San Pedro de Vaticano.
Es curioso pensar que hay turistas que irán Al Vaticano y no verán Roma y a la inversa visitarán Roma sin mirar El Vaticano.  Usamos transporte público el Metro.  Se puede decir que el metro romano es como el saber veloz y profundo.  Roma solo tiene dos líneas de suburbano, pero dan un sentido de eficiencia que no se ve en otros metros por ejemplo el de Barcelona, además es más barato. En general el transporte urbano es eficiente y un billete 1.5 € da derecho a 100 minutos de viaje en cualquier medio.
Nosotros elegimos el metro por pensar que las estaciones, paradas son mucho más fácil de identificar que el stop de un bus o de un tranvía. El servicio de información del tren avisa de la próxima parada seguida de un uscita lato destro (salida por la derecha del vagón) La mayoría de las veces. Nuestra parada es Ottaviano. Desde allí a la plaza de San Pedro son dos pasos.
Tenemos visita concertada con guía a las 11.30 así que pasearemos un poco por la plaza y entraremos  en la basílica antes de acudir a la entrada de turistas.
En la plaza ya están haciendo su negocio los "tanes" pakistaníes o así venden como ayer agua sombreros y sobre todo en la puerta de los templos pañuelos de seda artificial, yo no comprendía el motivo hasta que accedimos al templo. Primero se pasa un estricto control de metales bolsos y personas son sometidos a un cacheo electrónico. Unos carteles avisan de la necesidad de vestir con decoro y allí es donde entra en juego el pañuelo, este es grande y se puede usar a la manera de un pareo para disimular los pantalones shorts que usan algunas "visitantas" también puede ocultar hombros cuello y canalillo mórbido.
Todo sea por la apariencia. Luego dentro de la basílica, la gente se hace fotos bajo las pilas de agua bendita como se las podía hacer en la fontana de Trevi. Aunque el espectáculo, más sorprendente lo vería yo en otra basílica muy lejana a la de San Pedro. Ante mí un creyente oriental rezaba o meditaba con devoción, mientas su hijo hacía unos ejercicios de tai chi. Todo sucede mientras se concelebra una misa. ¡¿^o^!?
Me encaro con la Pietá de Miguel Ángel que tras una barrera de cristal antibala nos muestra el dolor de la madre con el hijo yacente en el regazo.
Hay altares Cristos y pinturas barrocas, El baldaquino de Bernini, que parece pequeño con sus 29 metros de altura bajo la enorme cúpula. Hay momias de papas, impresiona la del Papa  bueno, Juan XXIII, última en llegar, en el pasillo central del crucero unas losas de mármol reproducen las longitudes respectivas de las catedrales del mundo. San Pedro es la mayor, el clero se satisface con este juego infantil. En lo personal me cuesta encontrar al nazareno bajo tanto oropel. Alguien me aparta con cierta contundencia es un ¿ujier?  que abre paso a un clérigo que va o viene de decir misa.
Desisto de bajar a la tumba de Pedro como de subir a la cúpula eso no creo que entre en lo necesario para ganar la indulgencia de la peregrinación. Hace falta mucha fe para creer en el catolicismo después de tan suntuosas visiones.
Son las diez y decidimos acercarnos a la entrada de los museos vaticanos, las colas ya eran visibles cuando pasamos por la entrada cuando salíamos del metro. Ahora son enormes. Hay dos colas la de los que ya tienen entrada y hora y las de aquellos que no y deben añadir dos horas de cola para acceder la taquilla que da acceso a la cola de entrada. Junto a la puerta se nos informa que no podemos entrar hasta la hora y se nos indica un probable lugar de reunión para los que entraremos con guía.
Hace calor ¿donde esperar? Justo frente a la puerta de los museos pero dentro del estado italiano hay un bar cafetería o tavola calda quien necesitará nada caliente. Decidimos esperar allí.

Un café americano y un plato de fruta cortada sobre hielo, no parece mala opción para un junio con temperaturas de ferragosto.  Y si ayer hablaba bien del expresso italiano hoy me dan la de cal, el plato de frutita y un aguachirris de café americano (lo habíamos pedido)  18 € coooñoooo. Cuando pregunto me aseguran que el café está hecho con agua de la pila bautismal de San Pedro, ole sus pelotas. En fin ya sabéis... en los museos hemos pactado visita completa consta de exposición de la entrada, Capilla Sixtina, Logias, patios y Torreón de los Borja...
Un enjambre de guías, en esa nueva babel, va reuniendo a su grey. Permaneceremos unidos virtualmente unidos con la guía mediante un pequeño receptor de radio. Por cierto también veremos la Radio Vaticana o su antena, que es el lugar desde donde Guillermo Marconi  había hecho las primeras pruebas de T S H.
Lo primero que enseñan son los regalos al papado de diversos artistas. Hay pinturas y esculturas de los últimos cien años que entroncan con las manifestaciones artísticas de los dos milenos aproximados de vida de la institución. Me sorprendió ver una casulla diseñada por Matisse y si no recuerdo mal también hay obras de Miró.
Hago una pregunta indiscreta. ¿Todo lo que se regala a los Papas e expone en el museo o pasa algún tipo de filtro? Artístico quiero decir... No claro hay una comité de los museos vaticanos que dice que se exhibe y que no.
Ah es que había oído no se que de un "San Pedro de Botero" que se había retirado por motivos obvios...
Luego me explicaron la Capilla Sixtina Las Logias y el Torso de Belvedere, nada que mejore los documentales de la Tele ni las explicaciones ya conocidas. Tópicos.
Volvemos a la calle por la Basílica, otra vez la Pietá.
                 

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