miércoles, 2 de julio de 2014

Roma II (piedras milenarias)

Hay un monumento en Roma, al que los americanos llamaron la maquina de escribir y los romanos la tarta de merengue. Es el Altar de La Patria, en memoria de la unificación italiana y Víctor Manuel II. Este varón de florido mostacho (como se podría ir a la guerra con semejante bigote) seguro que era la versión del camuflaje en el siglo XIX.
Emplazado en una colina junto a la Roma antigua, tiene con sus 81 metros de altura la propiedad de ser prácticamente visible desde toda la ciudad (turística) y es un buen punto de referencia para orientarse.
Probablemente el mausoleo (contiene la tumba del soldado desconocido) es lo mas feo que haya parido arquitecto alguno, y aunque es muy loable la idea el Rey Víctor Manuel su ministro Cavour (y hasta el segundo y mujeriego de sus hijos, al cual el General Prim entronizó en España como, Amadeo I)
Tengo que reconocer, que en arquitectura, tampoco el fin justifica los medios. Y un bodrio es un bodrio por mas mármol que se le ponga.
Pero bueno Roma es en cuanto arquitectura y estilos como un bazar de chinos hay de todo. Desde monolitos egipcios a...
Pues bien detrás según se mire de este mamotreto y en su entrono existe una de la mayores concentraciones de monumentos de la Roma Clásica.
Empezamos por visitar La columna Trajana los mercados y el foro de este emperador hispano. Después de un despiste conseguimos llegar al Coliseo.
¿Qué se puede decir del Coliseo y de la capital del mundo? ¡Mucho! Sobre todo desmentir la imagen Hollywoodiana que poco tiene con la realidad. En primer lugar el vestido de los legionarios, para los romanos, el hierro era un artículo de lujo. Las lanzas las espadas y pocas cosas más, al parecer no conocían ni el uso de la herradura como la entendemos hoy. Es más aun siendo grandes ingenieros, dudaban de la solidez de sus construcciones y reforzaban el anclaje de los bloques de piedra, con barras de bronce, las cuales fueron sacadas de sus sitios varios siglos después, para darle otros usos. En el Coliseo hay pruebas de ello, pero eso sí para esa fecha, toda la cubierta de mármol ya había sido desmotada y utilizada.
La abundancia de bronce en relación con el hierro hace pensar que las defensas de los gladiadores y las lorica segmentata deberían estar hechas en bronce.
En el Coliseo se ha querido ver el sacrificio de fieles cristianos en sus arenas, algo difícil de entender porque las grandes persecuciones fueron anteriores a su fundación.
Lo que si parece cierto es que en los juegos los primeros espectáculos de la mañana consistían en luchas entre animales. El segundo plato eran gladiadores que se enfrentaban a todo tipo de animal osos leones... mas tarde se procedía a la ejecución de criminales, quemados vivos o arrojados a las fieras hambrientas. A la tarde se procedía a los combates de gladiadores, que excepcionalmente, eran a muerte.
El derrotado, pedía gracia al Cesar, y si este no la concedía volvía al centro de la arena y se suicidaba con su propia espada, rara vez su contrario la ayudaba en la operación. Cierto que por accidentes no queridos algún combatiente podía perder la vida o terminar tan mal herido que “era muy humano” acortar sus sufrimientos.
Y es que hay que pensar que un gladiador independientemente de su experiencia militar previa necesitaba un año de entrenamiento en las luchas cuerpo a cuerpo para ser parte del espectáculo. Eso supone tiempo y dinero, y ni los organizadores ni los emperadores estaban por esa faena. ¿Os imagináis? Que ahora en el mundial de fútbol, se condena ha hacerse el harakiri a todos los perdedores. Pues es lo mismo, la pasta que valen los jugadores, podría considerarse equivalente a la que costaba un equipo de gladiadores. Y si la vida les importaba poco, para aquellos que los habían educado y alimentado durante años el dinero invertido no. En resumen bestias pero no tontos.
En otro orden de cosas imaginar 50.000 espectadores en espectáculos de 8 horas y más significa sed hambre y necesidades físicas.
Para orinar y descomer había sitios preparados al efecto, hoy con mucho menos de 50.000 turistas los aseos son claramente escasos. Será porque la orina ya no tiene uso industrial, en los primeros tiempos y mucho más a partir de Vespasiano se disponía de ánforas destinadas a recoger el pis de los ciudadanos, estas ánforas eran retiradas mediante un pago por los tintoreros y lavadores de ropa, que la usaban por el poder limpiador del amoniaco que contiene, eso un baño con arcilla un teñido y manto nuevo.
Ya que estamos en lo escatológico, hay una frase que aun usamos -calentar el asiento- que tiene origen en las letrinas de los establecimientos públicos de Roma.

El retrete de la época, consistía en un canaleta por donde circulaba agua sobre ella una piedra de mármol con un agujero.

Las ilustres posaderas venían a coincidir agujero con agujero y así se evacuaba. Bien pues parece que a los patricios romanos, les desagradaba el frío del mármol y para eso llevaban un esclavo que se sentaba antes del senatorial culo para templar la piedra. De ahí parece que viene los de calentar asiento es decir ocupar un espacio hasta que el prócer llega a... cagar.

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