viernes, 6 de diciembre de 2013

La Feria de Sant Boi



Hoy tocaba feria, me gusta la feria de La Purísima en San Boi. Es abigarrada un poco como lo es ahora el pueblo. Un pueblo que tiene restos de termas romanas y una feria que este año cumple los 67. Que son 67 años cuando un tal Iulius Anicetus fabricaba aquí ánforas con vino  que se han encontrado en Roma. Era un pueblo de masías y su feria aún tiene ese regusto de payes, hay ganado, verdura y plantas. Sobre esa que debe ser la original; ferretería a la antigua, herramientas de cultivo.
Sobre ese comercio y supongo que debido a la inmigración de la último tercio del siglo XX hay presencia de productos gallegos astures extremeños. También buena representación del embutido catalán, mieles, cocas, panes y churros.
Un lugar maravilloso para un endocrino.

En consonancia con el último aluvión de emigrantes, se ven cholos, cholitos, aunque los artesanos desaparecen. Hoy podías encargarte unos zapatos hechos a mano por unos 70€ también botas. Es bueno hablar con un zapatero artesano... con un chacinero extremeño... se produce un aumento de potencial y descubres gentes que no tienen prisa por tomar el metro son como aquel Iulius que enviaba vino a Roma sin prisa. Festina Lente.

Pero cada día se esconden más. Para verlos hay que dejar a un lado el estand de la termomix y un puesto de recuerdos indios por ejemplo, en que se puede ver al auténtico penacho de pluma de pollo. Los hijos de pluma de pollo se hicieron al avecrem y la coca-cola ¡Señor Señor! que caro pagamos la colonización.
Les llevas cultura a cambio de su oro y a la vuelta de los siglos vienen a por el oro a cambio de coca-cola y sopicaldo. Es una buena reflexión Iulius se decía también Anicetus nombre de raíz griega. Ya se sabe los griegos fueron los gallegos de antaño. Se establecieron aquí para hacer vinos como los de allá.

Todo eso da que pensar como llamarían en Tesalónica a los ¡"Indianos" hispanianos? Que se yo.
También hay artesanía puro cristal strass anterior a Swarovski, y policarbonato de 24 kiletes. Es decir como los abalorios que se llevaban en pacotilla los marinos viejos... En fin una feria con sabor que no me suelo perder. ¿Con sabor a? ¡Eso es secreto! que luego me lee el endocrino y dice: Claro así como vas a perder peso.

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