miércoles, 16 de octubre de 2013

La Nación Mas Perfecta



El Centro Médico Contacto bullía de inquietud. Era el día de la entrega de premios. Desde hacía dos semanas se sabía que alguno de los doctores de la institución había sido el afortunado ganador del premio del año.  Radio Macuto informaba insistentemente de que las cifras del centro de atención preventiva, CAP, eran las mejores de su historia.

El centro fruto de los esfuerzos del Gran Prócer, tenía dos divisiones fundamentales de asistencia sanitaria. El llamado CAIN Centro de acción inmediata, llamado coloquialmente bochinchin, y el SEMPRE Servicio de  Medicina Preventiva. -Medicina Prevaricadora- en el lenguaje de la alta política.

Todos recordaban la crisis política que produjo el nacimiento del Sempre. Casi le costó el puesto al señor presidente. Todo porque las rancias familias nacionalistas se oponían a una medicina plural y gratuita. Pero al final todo se había arreglado las grandes corporaciones del medicamento habían movido sus hilos en la sombra para llevar el agua a su molino, digo para favorecer la medicina integral. El programa del partido progresista PSOD leído también como pastillas sobre demanda había ganado. Todos los ciudadanos tenían derecho a las pastillas para mayor gloria de la nación y de la industria.

Eso era lo que cualquier ciudadano recordaba vagamente, en el CAIN todo eran nervios. Al final sobre las doce del mediodía todas las pantallas del sistema informático quedaron en blanco para segundos después emitir una dulce melodía que recordaba vagamente,  el himno nacional. En todos los despachos y aun en las pantallas públicas salía el mismo mensaje. Premios Cain de medicina de contacto. A continuación se vio la imagen de ella la agraciada doctora Colmenares con un nimbo de letras doradas que decía mejor facultativa generalista del ejercicio, MeFaGe. Luego más discretamente aparecieron los datos, número de pacientes asignados 6500. De ellos fidelizados como usuario fijos de medicación (Usfim) 2437 (antes llamados enfermos crónicos). De ellos 780 llevaban además un régimen alimentario tutelado RAT. Y unos totales en RAT 4200 ciudadanos, lo que equivalía a un 64% de los pacientes de la doctora. El director de la consejería del medicamento que había sido anteriormente CEO o Consejero delegado de una multinacional de polifarma, estaba muy contento. Era de la opinión que los RAT permitían a los grupos polifarma hacer frente a las multinacionales de alimentación. Así ningún fabricante de leches agrias, pongamos por caso, podía hacer campañas de prescripción de producto si este no se hallaba dentro de las listas del RAT. Era el poder puro, la capacidad de imponer a la población una costumbre alimentaria que vetaba los productos por su origen, ya se había acabado con las multinacionales de tabaco sustituyendo la inhalación del humo de hojas por vapores TOXOCO (vapores de toxicidad controlada) que revertían a las empresas de polifarma una buena parte del mercado del tabaco. Ahora aspiraban a apropiarse de un 23% de la facturación de la industria alimentaria. El juramento de Esculapio había sustituido al más deontológico del juramento hipocrático. Pero a nadie parecía importar mucho. Eran una nación y desde su independencia y aun antes los avances en demagogia habían hecho maravillas por la sociedad dominada. La doctora Colmenares recibió la cruz de Esculapio con distintivo azul, que le sería impuesta por el Conselleiro Máximo en la próxima fiesta nacional

Minutos después un mensaje del Capitoste Regional invitaba a todo el personal facultativo y de servicios a seguir el camino marcado por la Doctora Colmenares para mayor gloria de la nació.        

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