jueves, 17 de octubre de 2013

Era un país tan pobre que solo tenían dinero.




Ayer descubría la falacia, es decir la creencia impuesta por los gobiernos, de la sanidad preventiva que no es lo mismo aunque se parezca, que la prevención sanitaria.

Lo matizaré, en el segundo caso, se trata de prever los riesgos que sobre la calidad de vida tiene una sociedad. Y dirigir los usos y costumbres de las gentes en el sentido de reducirlos.

El primer caso, que limita siempre en la inmoralidad, es por el contrario centrar todos los esfuerzos en medicar a la nación, algo que podríamos llamar pastillocracia.

En el fondo, todo tiene su origen en una concepción anómala de la economía.
Una definición clásica de economía -que alguna vez me han propuesto y que he tenido que acatar-. <Quien manda, manda>.
Es esa que dice que:
Economía es la ciencia que trata de la aplicación de recursos escasos a necesidades innumerables. Hay variantes de esa definición, algunas simplemente añaden términos matemáticos a la segunda parte del enunciado; hablan de progresiones matemáticas y geométricas para definir los conceptos de recursos y necesidades.

Luego están los que huyendo de estos simplismos econométricos (matemáticos) retocan la definición diciendo que la economía es el arte en lugar de una ciencia...

Pero es obvio que todas las definiciones economicoides mienten. La realidad es que la tierra produce bienes en cantidad suficiente para soportar una población humana que calificaré como de tamaño notable.
En realidad lo que la tierra no soporta es las diferencias en el reparto. Porque dejado así a la buena del hombre, para que un africano por ejemplo, alcanzase el nivel de riqueza que podíamos llamar de subsistencia digna, es menester que haya X ciudadanos del primer mundo instalados en el derroche.

Esta nación que habito, tanto la patria como "la terreta" ha sido dirigida por imbéciles mangantes que solo piensan en el crecimiento económico es decir en el crecimiento del PIB.

Nunca en su justo reparto. Por eso las crisis económicas siempre tendrán el mismo signo falta de dinero. "Ese dinero es mío, y yo quiero repartir. Mi dinero, mi dinero... (recuerdan al avaro de Molière) es decir yo quiero repartir aquella parte de endeudamiento que el crecimiento del PIB me autoriza.

Creo que los catalanes, pueblo caracterizado por que  existe al menos un 1% de la población, a los que no solo podríamos llamar inteligentes, los podríamos llamar sagaces. Caerá pronto en la cuenta de que el nacionalismo excluyente de los coprolitos que nos gobiernan, solo es el sistema garantizado de instaurar la crisis cíclica. Otra cosa es que tengan lucidez para implantar el remedio.

Si no es así pronto podremos oír eso de ¡Ah si Catalunya! Esa nación de gentes tan pobres que solo tenían dinero. Dinero impuestos y el 4%.

Buenos días a los más despiertos el resto seguid durmiendo.       

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