domingo, 1 de septiembre de 2013

Esta Barcelona vieja y querida...



Otro paseo Barcelona, allá por la mitad del siglo XIX.

He contado como conclusión, y en parte dejando los detalles, como era nuestra ciudad en los finales del siglo XVIII y principios del XIX. Apreciaba una disolución del poder de los gremios, aunque mantenían mucho de su potestad. También y como consecuencia de la ilustración se aprecia una pérdida de competencias directas del poder medieval, El Consejo del Ciento y la Diputación.
Esta segunda, a la que se le dedicará una calle justo por debajo de la dedicada a las Cortes Catalanas (puro eufemismo) tiene su origen en Las Cortes de la Corona de Aragón. Estas reuniones eran congresos de crisis, convocados por la corona, para solventar con sus súbditos problemas puntuales de finanzas. En una de ellas y para dotar a La Corona de recursos se instituyó la Generalitat o Generalidad; que no era otra cosa que un impuesto pagado por los tres estados incluidos los estados generales (el pueblo llano) para atender a las mismas necesidades del pueblo y/o a las de la corona. Esta centralización de impuestos lleva a crear una comisión permanente la Diputación (permanente de las Cortes) que termina por adquirir un cierto poder en la recaudación y aplicación de los impuestos.

El sistema medieval funcionaba por sorteo, es decir una vez elegido el grupo de personas notables se les ponía a desarrollar su función, los cargos se elegían por suerte y para ser ejercidos durante un año.
Esto a los ilustrados del fin del siglo XVIII, no podía menos que parecerles un disparate y tenían razón. Como ya he dicho en otro post, para gobernar era menester una preparación. No se debía dejar en manos de un conseller por muy buena voluntad que se le probase, decisiones económicas que superaban su información y capacidad.

Cuando el otro día explicaba la historia de la calle vigatans, aparecía como un mercachifle inglés, o mejor un agente de la reina Ana había convencido a un grupo de comerciantes de Vich que con la ayuda de los austriacos la posición chachi de los catalanes, era abandonar la sumisión a Felipe V para abrazar la causa del pretendiente austriaco.
Es seguro que ninguno de esos payeses venidos a más ni de los miembros del Consell de Barcelona tenían formación, capacidad ni visión de lo que se jugaban, para meterse en ese atolladero; que nos llevó directamente al 11 de Septiembre de 1714.

Algo que no hubiese sucedido si los vigatanos y secuaces hubieran tenido el mínimo de formación política. En fin no fue así y se trata ahora no de lamentar sino de aprovechar lo bueno que pudo venir de ello.

Era el quinto reinado de un Borbón, cuando la ilustración había llegado a su culmen. La ilustración tenía dos caras el despotismo ilustrado, un teórico gobierno de "tecnócratas" y una forma mixta donde la tecnocracia propone y el pueblo elige. Es la base de nuestras instituciones actuales.
Aunque a nadie de los representantes del pueblo se le suele exigir formación para el gobierno. Así nos luce el pelo. Como ahora, cuando una saga de mangantes ineptos se encaraman al poder y apoyados en una legitimidad histórica mas falsa que un Rolex de tres euros, pretenden convencernos no solo de su inteligencia, sino de la honorabilidad de sus actuaciones.
Es lo que hay, con todo lo bueno y malo al mismo tiempo. A nosotros nos toca defendederos, teniendo en cuenta, que en política suele ser más dañino el tonto que el perverso. El perverso dura poco el tonto puede crear sagas que se perpetúan.

Pues bien había dejado Barcelona en manos de un "gefe político" que era el caldo de todas las salsas y cuya obligación principal era poner al frente de cada organización a los más capaces de ese mismo pueblo.
Una de las primeras ocupaciones de Felipe V fue la sanidad, el 18 de septiembre de 1720 creaba, La junta d Sanidad Suprema del Reino con delegaciones provinciales que tenían competencia y objeto la vigilancia y cuidado de la salud pública.

Se traba de erradicar costumbres nocivas, controlar las farmacias, baños, aguas medicinales y todo lo relativo al ramo de curar. Establecer normas comunes -porque habían demostrado su eficacia en otro sitio-, y velar por la salud de los ciudadanos. En un tiempo en que los microorganismos patógenos eran desconocidos y los contagios algo difícil de explicar no cabe duda que fue un gran avance. Aunque no era nuevo en el Reino de Aragón, las morberías o cuarentenas fueron establecidas por primera vez en Mallorca el año 1471. Barcelona como puerto de mar también tenía disposiciones semejantes para evitar las pestes y epidemias aunque desconociendo la causa y el mecanismo de propagación solo se podía actuar cuando la enfermedad se mostraba con toda su crudeza. La existencia de este ente tuvo una vida cambiante según necesidades y gobiernos. En algún momento también tuvo a su cargo dictar las medidas de higiene de lupanares y mancebías. Veré si puedo entrar en uno. Algo que a semejanza de Isabel de Castilla se había legislado también en La Corona de Aragón.
Pero sorprendentemente el baño no era una opción de higiene, era prescripción médica.



Lo primero necesario para visitar Barcelona es el dinero ya se sabe -Barcelona es bona...- Así que voy a ver si hago valer mis créditos de mercader, en un Banco; bueno en el banco el -Banco de Barcelona- que es un banco de emisión es decir que emite billetes bancarios contra su capital en oro y/o sus posesiones inmobiliarias.

El Banco, es obra de Manuel Girona, un lleidetá mas avispado que el hambre. A los dieciséis años obtuvo la representación de una fábrica de tubo de plomo de Almería, provincia que era rica en ese mineral. Fue una representación muy oportuna. Por aquellos días Barcelona comenzaba a usar el gas para iluminación pública. La cantidad de metros de tubo de plomo que demandaría el mercado. Además aun no se sabía en el año 49, pero en breve nacerá en  Lieja la Compagnie des Eaux de Barcelone; que tendrá la exclusiva del reparto de agua corriente a las casas de la ciudad. También, como no, con tubería de plomo. Creo que muchas de ellas aun se podían ver a mediados del siglo XX.

Bien he entrado en el Banco de Barcelona, presentadas mis credenciales no ha habido problema para abrirme una cuenta de crédito y ofrecerme un grapat de duros para moverme por la urbe. Les he dicho que más adelante vendría para cerrar los tratos con mis proveedores barceloneses, entonces haría valer todos mis derechos de la carta de crédito que traigo.

El banco me ha recomendado tener un domicilio mercantil aquí, eso da idea de solvencia. Un amable señor se ha ofrecido para venderme un despacho de su propiedad, en una magnífica zona de negocios, junto al puerto y cerca de La Lonja. Me ha enseñado toda la documentación del inmueble incluido el registro de hipotecas y su tasa. Algo obligatorio en toda compraventa alquiler o censo sobre cualquier inmueble desde hace cuatro años (1845) deduzco que tiene prisa por quitarse de encima esa propiedad porque el crédito abierto con el banco lo debe estar ahogando. Me lo quito de encima como puedo, agradecido infinito su intención pero le aseguro que aún es pronto para establecer despacho.

Salía junto a él cuitado del banco, cuando nos saludó un señor que se deshacía en reverencias, no pude menos que observar que su presencia era molesta a mi compañero. Me alejé unos pasos, cuando un trotecillo rápido me informó de ser seguido. No habría llegado a la esquina de la plaza con la muralla de mar, (mi intención era tomar por la calle bajo muralla y acercarme a la Lonja). Cuando un inconfundible acento de payes me interpeló en un correcto castellano. Señor, señor perdone; lo he visto junto a Don Hipólito y he pensado que le habría ofrecido a usted su edificio. ¿? No solo quería avisarle que se asegurase de su estado financiero. Parece que intenta vender a toda costa unos inmuebles acosado por las deudas...

Mi cara daba a entender, que me molestaba la intromisión en mis asuntos. Algo debió notar el sujeto que pidiendo perdón y dando excusas se presentó "perdoní" soy el Pep Callís y trabajo para Juan Santasusana con oficina en la Calle Consulado. Solo quería avisarle en evitación de perjuicios futuros; que para cualquier compraventa o alquiler de inmuebles debería contar usted con un corredor de fincas inmuebles y almonedas. ¡Ah ya! muchas gracias. Contesté evitando dar mi nombre y filiación de negocios, que supuse era lo que el Pep deseaba.

Fue Pep el que rompió un silencio un poco embarazoso. Bien si usted necesita alquilar o comprar un inmueble para negocios o residencia no dude en buscarme, a la vez que ponía en mi mano una tarjeta con sus datos comerciales.

¡Ah La Calle Consulado! Donde los encantes, buen sitio para un corredor de almonedas.

Encantar en catalán significa subasta, y hace referencia a la venta por puja abierta de bienes de segunda mano o embargados por la justicia. No pude menos que malpensar... este pájaro trabaja a cuenta de los acreedores del primero que pretenden no quedar más que ellos en la subasta y quedarse con el patrimonio del incauto por un puñado de reales.

Ni por esas se dio por avisado el Pep, prosiguió su melopea de servicios, era como decirlo, como El Barbero de Sevilla "el factótum de la ciudad". Ofrecía, por su cuenta y de Santasusana inmuebles en venta o alquiler, alquileres de muebles y criados para el personal acomodo de los hombres de negocios... también cocheros y coches de caballos. Vamos era un dechado de la hospitalidad de la Ciudad Condal, previo pago claro...

Pensé que un personaje así podía serme útil para mis intereses pensé que entre silencios y medias verdades me ayudaría a conocer mejor el terreno así que decidí aguantarle un poco mas y le dije creo que llevamos la misma dirección si usted va al despacho de Santasusana yo me dirigía a La Casa Lonja, busco información sobre una sociedades de capital por acciones que me gustaría conocer. Esto descolocó al Pep, supuse que un terreno donde no se manipulaban mercancías reales le debía parecer poco lucrativo. Así era, no me prestó más interés. Llegados al despacho del corredor de fincas se despidió no sin antes intentar saber donde me alojaba en Barcelona. Lo hizo bien casi como el que hace un favor, estuve a punto de cometer la torpeza de decirle que me alojaba en la Fonda del Oriente ( si, hoy bajo el nombre de Hotel Oriente sigue prestando sus servicios en el mismo lugar Las Ramblas).

Reaccioné con rapidez y le dije aposentarme en la calle  Trentaclaus calle de meretrices y burdeles y un sitio de mala nota para los barceloneses de elite. La sorpresa le dejó frío y cuando quiso argumentar que ese no era sitio para un caballero rematé diciendo que vivía en casa de una sobrina mía, mujer de mundo, que había terminado por poner una pensión en la citada calle. Con el mayor aplomo que pude le dije haber elegido el sitio por la proximidad de una Casa de Baños, una Barcelona sin agua corriente me producía a mí, muy acostumbrado a la higiene, una intima desazón. Comprendiendo que tenía al Pep entre las cuerdas como se dice en boxeo, rematé; no percibe usted un cierto olor a chotuno entre los menestrales y man-obra de la ciudad y no tan solo entre las clases bajas también...

Eso fue suficiente se despidió con prisas, pero ya me había dejado varios datos que creí interesantes. Por ejemplo si quería conocer al Banquero Girona y sus amigos tendría que hacerme socio del Liceo o el Ateneo (esto no es exacto ya que el Ateneo no se fundó hasta 1860) pero de los dos sitios fue presidente Don Manuel Girona y parecía posible según el Pep aproximarse a la "Crema Catalana" por la participación en estas sociedades. Tanto que Liceo y Burguesía terminaron por asociarse en las mentes anarquistas tanto tanto; que Santiago Salvador  terminó por arrojar dos bombas en su interior pero eso fue el 7/9/1893. Faltaban aún cuarenta y cuatro años para el desatre.

También pude averiguar que el Pep desconocía El Barbero de Sevilla que se había estrenado en 1818, en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona dos años después de su estreno mundial en Roma, lo que dice mucho de la cultura musical de la ciudad (o tal vez solo de los entretenimientos de una determinada casta o clase).

Ahora me dirijo hacia La Lonja deseo ver el sitio donde estudió otro ilustre catalán; que entró, enviado por su padre y para aprender técnicas textiles y comercio. Para terminar comerciando con almas como Arzobispo, fue un santo no lo niego un santo burgués que puso a los de su clase en el cielo.

Pero ya es tarde quédese para mañana...

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