lunes, 22 de julio de 2013

El circo varado



Hola mi nombre es Circus dijo el hombretón. Era un individuo de rasgos negroides próximo a los dos metros de estatura. Hablaba con un deje entre inglés y caribeño.

Hola soy Darío, contesté. ¿Circus? ¿algo que ver con el espectáculo?

Si, hice números de forzudo durante más de treinta años. Trabajé en los mejores, con los hermanos Ringling , Sarrasani, Price...

¡Ah, ah! los Ringling el Price me suenan, pero nací en un pueblecito donde era raro que llegase un circo grande. Le dije yo, mientras apuraba un caña de cerveza.

Quiere usted una cerveza le ofrecí.

No Gracias, no bebo alcohol, pero le acepto un agua mineral.

Hice una seña para que le sirvieran, se acercó el dueño del garito un hombre malcarado con una barba cerrada que daba a su piel un tono azulado. Sería Barba azul, un fiero domador quien sabe. Pero era un personaje de cuento.

Le pusieron el agua, Circus tomo medio vaso a pequeños sorbos... Después continuó.

Perdone la forma de  presentarnos, se que un anuncio en la prensa no es lo mejor. Pero estamos necesitados de un contable un gerente. Ya sabe un empresario que ponga de nuevo en marcha el circo. Al anterior huyo con la caja y la taquilla dejando aquí varados a mas de treinta artistas.

Vivimos de mostrar las fieras, y de este entoldado cafetín que nos da para justo mantenernos.

Pero necesitamos trabajar, imagine lo que es un circo en paro. Todos artistas, todos autónomos sin contrato sin seguros sin subsidio.

Ve allí está la mujer elástica, el faquir, los trapecistas un funámbulo, el domador y los payasos.

Hay otros, pero ahora descargan camiones en el mercado central, de algo hay que vivir cuando no se puede trabajar en lo que es tuyo.

Por eso pusimos un anuncio en el diario, solicitando un mago de las finanzas, un soñador, trabajador incansable para poner en marcha la empresa de los sueños.

Dígame que acepta, dígame que es usted ese mago, ese empresario, que nos falta para que el circo vuelva a rodar; con su música sus luces, sus trapecios...

¿Se hará usted cargo de nosotros?    ¿Pondrá usted en marcha la fábrica de sueños?

Diga que si hombre, solo hace falta saber soñar en sueños...

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