jueves, 13 de junio de 2013

A trote de borrico

He presentado un relato en Easypromos Premium en Facebook.
está aquí
Para aquellos lectores que no tienen cuenta en Facebook pego aquí la historia.
Aunque esta es la versión larga. La del concurso es esencialmente la misma pero limitada a 300 caracteres.

Salió de Alcalá, al pasitrote de rucio, que a poco se mudó, en el lento ir conque la bestia, solía pasear al reo hasta el tormento. Jumento de verdugo que paseó por las calles ladrones (en referencia al castigo de montar al reo en un borrico y pasearlo por el pueblo con las espaldas desnudas mientras el verdugo o uno de sus ayudantes le medían la espalda a latigazos) y hasta obispas. (penados del Santo Oficio que eran paseados con sambenito y capirote)

Uno estudiante que hacía el camino hacia La Universidad, que tenía pinta de ser uno de aquellos fámulos; que acompañaban al señorito como servidores, a cambio de cama mesa y estudios. Y al que no le deberían ser desconocidas las andaduras del borrico le dijo:

-Buen asno usa, el licenciado.

Martín con ironía alegó. Estudié los dos derechos en la universidad. La mejor lección que aprendí dice:

Proceda el juez, a paso lento de jumento, asegurando las pruebas contra el reo.

-Eso, contestó el estudiante, proceda con calma señoría y dele al verdugo alazán, para que los azotes duren menos. Que con justicia lenta y castigo corto, mejorarán los asuntos de este reino.

 





1 comentario:

Vasdelao dijo...

Hay una obra de Quevedo. Carta del Caballero de la Tenaza, que es un estudio léxico de habla y los usos del hampa. En ella habla de la esquinancia de esparto, la horca, y otras y otros giros del habla popular y se supone que de el maleante. De allí están tomados los paseos en burro y las obispas. Sea puesun pequeño homenaje a Francisco Gómez de Quevedo Villegas. Gloria del ingenio y las letras hispanas.