sábado, 18 de agosto de 2012

El Acecho

Estoy esperando, pegado a la pared, junto a la puerta de entrada.
Desde aquí puedo ver sin dificultad 180º.
La pared de enfrente con el viejo perchero un sobretodo y un chambergo, los tres parecen sacados de un atrezo. Por no decir de un mercado de viejo o le ropero de una parroquia del siglo pasado. Junto a ellos el paragüero otro cachivache de otro tiempo. Se que entre los paraguas esta escondida el arma, un viejo bate de béisbol capaz de dejar sin sentido a cualquier intruso.

Espero, que cundo ella llegue, no tenga tiempo de alcanzarlo. No me gustaría ser el blanco de sus golpes. Pero bueno no tengo de que preocuparme ella no espera encontrarme aquí. Tengo la ventaja de la sorpresa.

Apoyado en la pared, siento perfectamente los movimientos de la casa, cada puerta, cada parada del ascensor, las pisadas trémulas de la vecina del 3º. El andar torpe y pesado del portero. Un caminar proletario desganado. Espero que se vaya antes de que llegue ella. No es bueno que este por la escalera podría estropear mi sorpresa.
Vaya alguien se ha dejado abierta una ventana, desde aquí veo como se mueven las cortinas del comedor. ¿Y eso que es? ¡Ah es el perro con el no contaba! Mira que si le da por venir... Pues si viene, no tiene porque pasar nada, el me conoce ya
¡Por Dios que hace ahora oliéndome así! ¡Vamos chucho fuera, vete fuera! Estoy esperando a tu ama así que; no te quedes aquí para complicarlo todo.
Uf se ha ido, menos mal, ya debe faltar poco desde aquí no puedo ver el reloj de comedor, creo que las ultimas campanadas era la media de las cuatro.
No puede tardar mucho, se oyen pasos que ¿Quien? Vaya la vecina espero que no tenga la llave... No, no está tocando el timbre, el perro le contesta con un ladrido, no mujer no hay nadie aquí. No ves que no hay nadie ¡Hala marcha a tu casa! Será posible que no tenga otra cosa que hacer...
Vale se ha ido he oído cerrar la puerta del rellano.
Tan tan tan, tres cuartos ya no puede tardar.
Clank rururur el ascensor baja será ella, seguro... el ascensor se ha detenido, ahora entran, cierran la puerta, sube... si se ha detenido aquí; se abre la puerta sí es su voz. Con quien habla... ah subía alguien con ella. Ya está se acerca, oigo el ruido de sus llaves, ha metido el llavín en la cerraja. Gira y abre ahora es el momento. La puerta se separa unos centímetros entra me ha visto no ha podido reprimir un grito, se aparta con una mirada de incredulidad y yo se la devuelvo.
¡Si ya ves estoy aquí! Un espejo de cuerpo entero con un texto escrito que dice ¡Feliz cumpleaños María!
Darío

2 comentarios:

Mar dijo...

Me estaba esperando lo peor y ha resultado ser una sorpresa buena! Muy bueno, Darío.

Bss.

Vasdelao dijo...

Siempre esperamos lo peor. ¿No crees? Será porque imaginamos imposibles y luego corregimos...