miércoles, 13 de julio de 2011

Una pareja insólita Ana Ozores y Wody Allen II





[caption id="attachment_825" align="alignleft" width="225" caption="Woody Allen"][/caption]



En el post anterior narraba; que en la noche del solsticio de verano, salí de mi hotel en Oviedo. Dispuesto a vivir algo fantástico, llegué poco antes de las 12, a la plaza de la Catedral. Pude ver como la estatua de La Regenta, situada frente al templo, tomaba una coloración fluorescente que se transformó en una guapa mujer. La vi tomar cuerpo, y encaminarse hacia donde está emplazada la efigie, con que la ciudad, rinde homenaje a Woody Allen. Una vez junto a el, otra emanación tomo la forma del actor y director de cine. Empezando con la mujer el dialogo que transcribía y ahora continúo.


Ana:


¿Sabes? Me gustas mucho en sueños de seductor. Yo se bastante de seductores, no en vano fui cortejada y deseada por los mejores Don Juanes de mi tiempo.


Me gusta esa alucinación permanente de Bogart, ese llamar al mentor. Al final me hace pensar, que todos los conquistadores son unos actores que necesitan traspunte ¡Que falta de seguridad!


¿Tanto os importa una mujer, qué solo con estar cerca, perdéis seguridad y compostura?


La pareja se pone en marcha, hacia la terraza una heladería próxima. Naturalmente esta cerrada pero se sientan. Algo que yo aprovecho para sentarme junto a ellos en una de las sillas, la mas próxima a la pareja, ignoro si me ven, pero si esa así, no parece importarles.


Woody: Bueno yo no se... sabes mi psicoanalista dice...


Ana: Al diablo lo que diga el loquero ese, hace falta estar muy estropeado para tragarse esas paparruchas.


W. Ya veo que has lo has visitado, ¿Te habló de tu complejo de pérdida de pene?


Ana. Que complejo de pérdida ni que niño muerto, que estupidez es esa de la disolución de mi Edipo o de mi Electra. Yo no padezco de esas cosas, a mi madre no la conocí de otras mujeres que pudo conocer mi padre no tengo ni idea. Mi padre me parecía un ser maravilloso y si me privo de su compañía era por la política. En fin terminó mal ya lo sabes.


W. Pero el conflicto edípico.


Ana. No, no insistas, yo no tengo eso ni lo puedo tener, Freud lo enunció casi 40 años después...


Simplemente en mi tiempo no existía y punto.


W. Pero el Edipo es arquetípico universal...


A. Y dale, parece que olvidas que yo soy un personaje literario no puedo estar compuesto de otras cosas que las que había en la mente de mi padre literario Leopoldo Alas, Clarín.


Por ejemplo; mi madre murió de una fiebre puerperal, así lo dice mi historia pero no refleja, que esa infección era consecuencia de la falta de higiene. Algo que ya había demostrado un médico húngaro. Pero que tardó a ser reconocido. Yo fui huérfana por una negligencia médica.


W. Pero el deseo sexual es universal para todos los humanos y en todas las épocas.


A.¿Acaso eres capaz de imaginarme haciendo un trío con el canónigo y mi marido?


¿O proponiendo un intercambio de pareja a los marqueses de Vegallana?


¿Acaso entra en tu cabeza? La posibilidad de describir una relación lésbica con la del banco.


W. Pero si soy capaz de imaginarme haciéndote el amor.


Creí apreciar un incremento del tamaño del ectoplasma de Allen. También me pareció oir el sonido seco de una bofetada. Pero seguro fue imaginación mía. Los fantasmas no se pegan.


W. Bueno, quieres decir que tu vida fue el fruto de las circunstancias. Deberías haberte casado con el cura...


A. Estás loco eso no podía ser.


W. Eso es una tontería de la Iglesia Católica. Mira anita nadie es mejor garante de la honestidad del rabino que su propia esposa. Por eso se le exige el matrimonio para ejercer en la sinagoga. De la misma manera la mujer del pastor protestante es la garantía de continencia.


Solo los católicos y las palomas os emparejáis de por vida, menos los curas que quedan siempre expuestos a la murmuración y la envida.


A. Y a la tentación dilo ya.


W. Si y a la tentación.


En ese momento me distraje, era cierto lo que los dos... ¿Los dos amantes? No no puedo decir que lo fuesen. Bueno pues eso que era cierto lo que decían. Por una parte Ana afirma la inseguridad que al hombre español le produce la mujer. Por otra parte puede que Allan esté en lo cierto el presbítero a pesar de que su nombre hace referencia a una ordenación tardía. Para evitar la fogosidad de los años mozos. No evita la tentación de la carne. Ni las habladurías de la gente.


Luego vemos un cuadro social en que los liberales lo son solo por comparación con los absolutistas pero en temas como la mujer y el honor son tan calderonianos los unos como los otros.


Antonio Cánovas del Castillo conservador a ultranza, novela La Campana de Huesca donde se plantea una justicia que ya figura en Herodoto. El cortar las flores altas, el decapitar a la nobleza reticente. Sacrificio que hace la derecha para seguir siendo derecha. Liberales lo que se dice liberales habría que buscarlos en los círculos del partido constitucional y entorno de Práxedes Mariano Mateo-Sagasta Liberal hasta en la restauración borbónica. Pero eso es otra historia. ¿Qué hacen ahora nuestros amigos?


Continuará



Darío




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