domingo, 4 de julio de 2010

Entre los penes de piedra y los abrazos telúricos

Ayer era el día de las grandes dudas. Como  la realidad la construye la mente del hombre. Como esa realidad puramente imaginada lo lleva a la autodestrucción, a la inmolación, al martirio a la santidad.

Lo cierto es que cuanto mas me aproximo al Camino de Santiago, mas distinto me parece.

Se que es una franja que por su latitud y su clima invitó a la presencia del hombre desde las mas remotas épocas. Creo que separa dos culturas paleolíticas la Cantábrica con sus dibujos coloreados figurativos, y la cuenca mediterránea con abstracción de figuras y elementos.

Probablemente, corresponden a dos épocas y formas de plasmar la realidad. Pero la interpretación que hoy hacemos está muy lejos de la de sus autores.

Como esos ejemplos,  toda huella humana que nos llega del pasado es susceptible de interpretarse mal. A pesar del riesgo que hay.  Creo que, con cierta dosis de razón,  se puede pensar que el primer objeto de culto humano fueron las fuerzas naturales, el sol la luna y el agua; están vinculados al desarrollo de la vida vegetal y esta sirve de soporte a los animales incluido el homo.

Las deidades serán,  sin que suponga orden o jerarquía: El animal tótem, la fuente el bosque el sol la luna... sus símbolos grafos de mayor o menor precisión. Después tal vez algo mas tarde aparecen figuras humanas las venus y sus partes, penes vaginas manos...

La magia simpática pretende la acción por la imitación las grandes rocas de formas sexuales debieron causar asombro al hombre primitivo y puede que pensando que eran los vestigios de un gigante ancestral o de un dios recibieron culto.

Pero el hombre, no solo ha contemplado la naturaleza con ojos que buscan el símil. También la ha modificado, son muchos los sitios donde se ha dado forma a las piedras para hacerlas parecer falos o vaginas. Suponemos que tenían literalmente una utilidad mágica, evocadora o provocadora de la función que representan, es decir simbólica.

Repasar todos y cada uno de los sitios en que hay un pretendido culto a las fuerzas generadoras de la tierra podría llevarnos años. Cito solamente dos: Las piedras fecundantes -piedras de moros- en Huesca que parece se usaban no hace mucho Ayera, Piracés, Argavieso, Ibieca, Sesa Tramaced; y probablemente me dejo lugares.

Se hallan en una zona de fuerte dominación árabe, sus nombres populares los recuerdan, la idea del moro con harén pervive.

Pero nada nos permite confirmar que no sean mas antiguas.

Por ejemplo en Mérida y hasta finales del siglo XIX existio un paraje llamado las siete sillas porque se suponía que allí se habían sentado siete reyes moros a parlamentar. Gran sorpresa cuando al excavar se descubrió que las siete sillas eran la parte alta del teatro romano, excelente ejemplo de la arquitectura civil y hoy como toda la ciudad patrimonio de la humanidad.

Con ese ejemplo creo que es suficiente para tener la presente la prudencia a la hora de interpretar restos a la luz de la memoria popular.

Pero no es solo allí. A lo largo de ese pasillo entre paralelos encontramos ejemplos en Ufones y Rabanales (Zamora) Los Hinojosos (Cuenca) en algunos sitios están junto a la iglesia cristiana lo que permite suponer; ya que las iglesias cristianas, vinieron a ocupar los centros de adoración romanos que ya había actividad religiosa en esos sitos.

Concretamente parece que en algunos sitios como en los Hinojosos se pusieron sobre los falos cruces, y se emplearon para rezar El Viacrucis, me imagino el bonito espectáculo un grupo de mujeres con el sacerdote y el monaguillo cayendo de hinojos (¿Será toponimia?) ante los trece rabos de piedra.  Supongo que el número catorce sería una cruz o las tres cruces.


Pero estos cultos nada tienen que ver con la adoración de las fuerzas telúricas de las primitivas “religiones” paleolíticas. Al norte de esa zona de Huesca hay dentro de los barrancos que hoy vuelven locos a muchos excursionistas “las cucas” piedras de evocaciones fálicas.

Estas piedras les debía adorar con un abrazo, -según tamaño claro- forma aun usada por los chamanes para recibir la energía de la madre tierra y que tiene poco que ver con el pene y la evocación sexual.

Las costumbre debió ser muy común y muy extendida pues parece que fue prohibida como pagana por el concilio de Braga. Celebrado en el año 561 en la localidad portuguesa de su nombre. Este concilio se convoca para erradicar las ideas heréticas de Prisciliano

(ver mi post anterior en que trato de él)

Pero lo sorprendente es que Braga recibe su nombre de de Bracara Augusta colonia romana en gallecia diocesis primero de Iria Flavia luego sede arzobispal y en cierto modo rival de Santiago de Compostela. Pero hay una interpretación entre esotérica y lingüística que dice que el nombre proviene de

Brac: (Del galolat. brac, quizá de or. germ.).

-Abrazar.

Cara:(Del celta *caliavo, der. de *kal-, piedra; cf. gall. port. callau y fr. caillou.)

-Piedra.

Literalmente abrazar la piedra. Algunos mas atrevidos derivan carallu carajo miembro viril del celta cara. Así estamos en un sitio donde se abraza el carajo, el pene. Algo que evoca cultos paleolíticos...



Y ya que estamos en Braga que mejor que tomar el excelente bacalao al estilo de braga aunque bacalao excelente y maravillosamente preparado se encuentra en todo la zona del Porto (Oporto) y por extensión en todo el país luso.

Darío

2 comentarios:

Jesus dijo...

El canal plus del paleolitico

Bucan dijo...

Muy entretenido. El gran cambio en la mentalidad del ser humano fue cuando se asentó como agricola y al criar ganado en cautividad, descubrió el mecanismo del embarazo, que era el semen del macho el que embarazaba a la hembra. Eso hundió muchas creencias y adoraciones anteriores, al tiempo que se empezó a regular el acceso a las mujeres, a fin de controlar que machos eran los padres de las criaturas.
Estas cosas se deducen porque en el siglo XIX e incluso en el XX se encontraron tribus en Oceania y otros lugares (incluso en México), que aún desconocían el proceso de fecundación y seguían atribuyéndolo a espiritus que penetraban en la mujer. Así, los hombres copulaban con todas las mujeres, no se tenía concepto de la paternidad. Los hijos solían pasar a ser del hermano mayor de ella.