domingo, 23 de mayo de 2010

La funesta manía de pensar.

En nuestra historia reciente, hay ejemplos y errores que aun no hemos aprendido a evitar. Uno de ellos demonizar al que no piensa como nosotros.

Me saluda Obdulio desde su blog por una delicada dedicatoria que le dejé en su comentario las mujeres de ETA.

Me permito cortar y pegar el fin de la misma:

“Hasta hoy te podía leer con cierta sorna. Desde este momento te leeré con la tranquilidad con que me fumo un cigarro, eres agradablemente toxico.

Darío”

Lo primero que debe intentar el que escribe, más si lo hace con la intención de ser leído. Es procurar aparentar una cierta neutralidad. Argumentar en pro o en contra de un hecho probado o describir el entorno de un hecho supuesto.

Porque el partir de posiciones preconcebidas, donde hay malos y buenos, y donde los buenos son los nuestros, es siempre panfletario y de muy bajo calado intelectual.

Me refiero con ello a algo, que vengo combatiendo desde siempre, y que ha dejado, e nosotros, una profunda huella de atraso social intelectual y económico. Me refiero a la mentalidad inquisitorial el clericalismo.

Ayer no más, le explicaba a Jesús las falacias del nacionalismo catalán. Como se suele ocultar que antes de la guerra d´els Segadors hubo otra de las barretinas, como se tapó hábilmente la guerra de los agraviados. La presión del clero catalán en los movimientos carlistas y los gestos de independencia de estos héroes que solo buscaban su teocracia y su prepotencia. La llamada segunda guerra carlista también tuvo un antecedente catalán els matiners.

Dentro del marco de la reinstauración de Fernando VII. La Universidad de Cervera acuñó la frase de marras; que ha servido de burla y de escarnio a todo intelectual con sesgo ideológico de los últimos 180 años. “Lejos de nosotros la funesta manía de pensar”

Ha sido así, porque mentes aparentemente bien organizadas, son incapaces de ver mas allá de los que les conviene. Pasan a continuación a lanzar dudas sobre la honorabilidad del que discrepa y meten (o lo intentan) en sus blogs argumentos o materiales que no vienen a cuento. Es decir acordes con la aborrecible política del clero totalitarista, que si les hablas de libertad, te sacaban a Dios y sus santos en procesión. Los intransigentes de hoy, si les hablas del gobierno, te sacan a relucir el papa o el franquismo.

Porque la santidad de Rubalcaba. La idoneidad de Zp. La desvergonzada conducta del centro derecha. Son axiomas, verdades eternas, tan sólidas como lo era para el clero de principios del XIX. La necesidad del gobierno autocrático de Fernando VII.

Los consejos del Padre Claret ( clasista y nefasto) a la reina Isabel II de Borbón también son de ese corte, en el mejor de los casos, un despotismo ilustrado resumido en la frase “Todo para el pueblo pero sin el pueblo.”

O como fue Franco: Por gracia de Dios Caudillo de España; como decían las pesetas.

En fin, que los que practicamos la funesta manera manía de pensar. No comulgamos con el totalitarista de derechas ni con el clero cavernario. Pero tenemos recursos y anticuerpos para rechazar las infecciones garzonianas la exaltación a los altares de -un ministro del interior- que no vigila el patrimonio de su colegas (Bono por ejemplo). O los sindicatos. Administradores de recursos de unos afiliados inexistentes, sacerdotes de una sociedad anacrónica, y frailes cebados de una grey que ni les paga ni los mantiene. Estos sindicatos, como en su día los frailes politicastros bendecían la mano de la corona. Bendicen La Moncloa que los alimenta mientras convencían al pueblo de la divinidad de sus lideres Zp Rubalcaba Bono Pajín...

En fin señores créame si les digo como Voltaire:

“Lo que ustedes afirman me parece disparatado, pero defendería con mi vida su derecho a decirlo.” y si no con la vida con la misma fuerza con que mantengo mi lucha contra el razonamiento parcial sesgado y toxico.


Ser heredero del integrismo clerical, por mas que se vista de izquierda. Ser integrista absolutista y demagogo, es algo que siempre sobró en nuestra historia.

Darío

3 comentarios:

Bucan dijo...

La izquierda va de la mano del tontiprogresismo. Tienen una ideología que les da respuesta a todo. En realidad, la ideología es como una religión. Sea el socialismo, o su escisión, el comunismo, o su otra escisión el fascismo, o su otra escisión, el nacional socialismo, que no sé porqué llaman de ultraderecha al fascio o al nacional socialismo, todos son camaradas en ramales que discreparon sobre la forma de hacer la "revolución obrera". Otra cosa es lo que hubo en España, donde aparcada Falange (Franco condenó a muerte a su jefe, aunque luego lo indultó), surgió un folklórico nacional catolicismo cañí.
Rubalcaba es un marrullero que ha enterrado en cemento armado el caso más grave de la democracia española, el caso Faisán, algo que no tiene parangón en un país democrático en el entorno en el que nos movemos. Que un policía avise a unos etarras de que hay una operación contra ellos, es lo más grave que puede suceder. ¿Cómo saben que el que avisó no es un topo infiltrado en la alta dirección de la policía y que colabora con la banda por dinero o porque está amenazado?. Sólo puede haber una explicación para que no buscasen con furia al culpable: porque saben quién es y quién se lo ordenó.

Luis dijo...

El fanatismo es muy propio de éste país, probablemente por la influencia católica. Existe un sectarismo en amplias capas de la población que asusta, porque es propio de otra época. Ahora los problemas son muy complejos y no se resuelven con recetas sectarias. Lo que sucede es que el modus vivendi de mucha gente depende de los partidos políticos, porque les han colocado en cargos políticos, o les contratan sus productos o servicios, o les dan subvenciones.
Creo que es un error perseguir a esos que asaron el crucifijo o algo similar, porque será cutre u ofensivo para muchos, pero no se pueden seguir los caminos de ir contra la libertad de expresión como hacen los islamicos. Los católicos ofendidos deberían recurrir a otros argumentos para desacreditar esos actos de mal gusto y facilones, porque no les veo a esos asadores asando a Mahoma, por ejemplo, que predicó una religión bastante aún más demencial que la cristiana.

Anónimo dijo...

La simplicidad mental lleva a un análisis blanco o negro. El que no piensa como tu es malo, criminal y debe ser exterminado. Muchos políticos juegan a eso blanco o negro, y lo venden a sus gobernados. No se cual de las dos cosas que ocultan bajo esta forma de ser, es la peor. Esas cosas solo pueden ser demagogia y estupidez. El demagogo vende lo que le interesa sabiendo que no es cierto. Le beneficia la estupidez de la masa. El estúpido no ve mas allá no sabe analizar y gobierna. ¿Quién es el peor?
Anónimo